6/24/2014

¿ES LA ATENCIÓN PRIMARIA EN ESPAÑA UNA “MEDICINA BLANDA (LIGHT)”?

¿ES LA ATENCIÓN PRIMARIA EN ESPAÑA UNA “MEDICINA BLANDA (LIGHT)”?

El fundamento de la medicina antropológica es el tiempo, la parsimonia. Esto ha desaparecido. La medicina socializada de hoy, forzando a los médicos a consagrar pocos minutos a cada enfermo, no escamotea la realidad más interesante y más profunda de la clínica”


Se han convertido en el siglo XXI, algunos “Centros de Salud” y las llamadas “Unidades de Gestión Clínica” en algo parecido a factorías soviéticas o empresas de servicios con una filosofía que pretende aspirar al “éxito de la industria japonesa de las últimas décadas”.
Se les llama también “Unidades de gestión” que se convierten en laboratorios de “riesgo médico” o en unidades que no hacen más que medicina banal o generan ese “riesgo médico”, que sería “el efecto que la propia medicina tendría por su propia causa, a expensas de buscar efectos positivos, consecuencias negativas y nocivas”. El riesgo médico antes, concernía únicamente al individuo...

En estos centros de salud, inspirados en la medicina cubana, hay al menos ocho empleados que pueden actuar antes que el médico visite al enfermo. El enfermo va de allá para acá en torno a una burocracia la más de las veces innecesaria (la burocracia origina más burocracia o "burrocracia"o “gerentocracia”). La administración cuasi totalitaria, se preocupa más por la llamada “calidad de servicios” que del mal y de la angustia del enfermo; enfermo que acude a un médico que actúa con prisa o falta de tiempo y que omite hacer una anamnesia seriada y profunda o una exploración física exhaustiva. Primera causa de la malpraxis. No existe la competencia leal entre los profesionales que solo desean ser como el de al lado, aunque este sea un incompetente. No hay estímulos para que sean mejores. Todos son igualados pero hacia abajo.

La sanidad es un monopolio estatal que gasta mucho más que lo necesario por culpa de la prisa..Los ahora llamados “proveedores de servicios” (médicos y enfermeros) están o le hacen estar preocupados por la llamada”calidad de servicios”cuando la calidad es inherente al arte médico pues como todo arte, incluye “per se” la calidad. Es un modelo lleno de "clases pasivas del sistema que vigilan y controlan a los demás y luego así mismos en una espiral interminable".Los gestores de hoy, por un desprecio positivoide o más bien por una ignorancia de nuestra verdadera historia (la Historia de la Medicina) “redescubren” el concepto de “calidad” aplicada a la medicina a partir de un lenguaje lleno de términos vacuos.

Quieren resucitar la “calidad” los mismos que han matado con sus criterios, materialistas y economicistas, el eximio “arte de curar”
Esta terminología está llena de consignas del proletariado o fascistoides, que  intentan convertir a los médicos servidores del eximio “arte de curar”, en obreros domesticados. Consignas dadas o formuladas por los llamados “cargos intermedios”. Estos “comisarios políticos” o “jefes de escuadra”del partido de turno, y así lo piensa Bagán Mezquita “implantados por la manipulable fórmula de la designación digital (a dedo) que trasforma al gestor en “Director/Comisario Político en cada uno de los centros de salud”—se comportan como el capataz de una mina o el encargado de una obra midiendo a todos los profesionales, sean del rango que sean: médicos, enfermeros, celadores, administrativos...por el mismo rasero. Y a veces obligan a los facultativos, titulados superiores con vocación y décadas de buen quehacer médico y honrado ejercicio, considerados por la sociedad (fuera de la factoría-oficina-cárcel o Centro de Salud) como hombres y mujeres de respeto, a practicar una “medicina de mercado” parecida al dar un servicio similar al de algunos restaurantes de comida rápida “comida basura-medicina-basura), donde lo primero sería el beneficio económico y no la solución de los problemas del enfermo, ahora mero “cliente” o “usuario” a cargo del “personal” del centro de salud o del hospital: “la empresa proveedora”.Efectivamente, consiguen modular el buen quehacer médico desviándolo de su verdadera esencia: el arte , “el arte de curar”.
Los gestores de una escala superior actúan como “comerciales” expertos en “marketing”que nada tienen que ver esencialmente con la realidad asistencial que a diario enfrentamos los médicos prácticos. Los he visto reírse de quien en una de sus reuniones borreguiles se les ocurrió decir que la medicina es un arte. Ellos, que solo tienen responsabilidades políticas y consignas dañinas para los enfermos, por economicistas. También los he visto y sufrido efectuándonos reiteradas “reuniones”coercitivas en las que se nos insta o se nos obliga a recetar siempre lo más barato. Son reuniones donde el más sereno se siente vilipendiado, humillado y falto de la más elemental dignidad.”  Es necesario que los médicos "diseñen, definan y establezcan su propio estilo” El no ser así  que lo sepan, se puede volver en su contra.
Hemos pasado los médicos de ser artistas, a pretender ser científicos, de ahí a “profesionales”cuando no “trabajadores de la salud” o a meros “recursos humanos”.Somos complacientes, sumisos y a veces rastreros (ocurre así cuando nos pegan, agreden y ahora NOS MATAN en las consultas (Doctora Eugenia en Caravaca)
Somos borregos laboriosos o idiotas laboriosos. El sistema trata de hacer un “médico ligth” que no cree problemas.Lo han conseguido?
Y lo triste de esto es que a corto plazo ya no tiene remedio

INSOSTENIBILIDAD ECONÓMICA DEL SISTEMA SANITARIO PÚBLICO

LA  INSOSTENIBILIDAD ECONÓMICA DEL SISTEMA SANITARIO PÚBLICO

“Con mucha más frecuencia la medicina se impone al individuo enfermo, o no, como acto de autoridad” (Focault)

"El control de la sociedad sobre los individuos no se opera simplemente por la conciencia o por la ideología sino que se ejerce en el cuerpo, con el cuerpo. Para la sociedad capitalista lo importante era lo biológico, lo somático, lo corporal antes que nada. El cuerpo es una realidad biopolítica: la medicina es una estrategia biopolítica."


El Estado o Sistema está obligado a absorber un monstruoso y caótico aumento de la demanda de salud, a base da gastar billones de pesetas que proceden de los contribuyentes, sin ser capaz de aumentar proporcionalmente la eficacia ni mejorar los parámetros de salud. Parece que solo se limita a ver como se infla la bola del gasto hasta límites insospechados, sin saber como se puede reducir el dispendio.

Gran parte de la población es dependiente de la medicina en su vida cotidiana y previsiones individuales.

El excesivo empleo de diagnóstico tecnológico hace olvidar al médico, la realidad humana del enfermo.

El enfermo es cronificado (“personas crónicas” les ha llamado recientemente la doctora Montero, consejera de la cosa) por el sistema sanitario y por lo mismo, se convierte en un “coste”, o sea, en un ente material que gasta. La vejación del enfermo en su dignidad ha llegado al máximo...Una vez que el enfermo es un “ente que gasta” y es cronificado, se le aparca ya como un número en la llamada “Historia de salud digital”(antiguamente llamada Historia Clínica) como un irrecuperable generador constante de gastos o de “costes”.El enfermo, que es quien sufre, es un “ente financiero”.El “equipo de implicados” se encargará en adelante de mantenerlo cronificado, como “persona crónica” como pluripatólogico o polimedicado o dentro de un “proceso” irreversible hasta la muerte, pero esto sí obligando al médico a gastar lo mínimo en él.

Cuando estos enfermos crónicos que solo suponen el 5% del total generan el 50% del gasto sanitario por una mala gestión de sus enfermedades, por una “atención descontrolada o poco reglada”, el enfermo, que no deja de ser una persona que sufre, que padece, que tiene alma, es convertido o conceptuado por el sistema como un “ente material que gasta” objeto de la más baja especulación económica: y que por tanto ¿sobra?
Adquirir un cuerpo sano o perfecto denota un afán de consumismo y tecnologías nuevas, potentes medios de diagnóstico y tratamiento que contribuyen sino a enfermar, si a hacerle dependiente de la medicina hasta la muerte.

Se piensa y se difunde que se puede curar hasta lo incurable, en lugar de ir generando una cultura sanitaria serena y madura preocupada por prevenir la enfermedad y mantener responsablemente la propia salud “dispuesta a evitar enfermedades curables y la muerte prematura, pero también a cuidar de los que no pueden curarse y preparada para velar por una muerte en paz”

Ha sido un peligro para los enfermos y un gran perjuicio para los contribuyentes, esta medicina colectivista llamada al fracaso como fracasaron otros sectores económicos en los países del Este.

Se emplea mucha farmacología inútil no menos innecesaria, como poco indicada. Se emplea mucha medicación por causa de ejercerse una medicina superficial, regida por la prisa o por la desidia. Hay que tener en cuenta la poca o nula correspondiente relación científica entre muchos o la mayoría de los fármacos que se emplean en las consultas y el proceso patológico que tiene el paciente. Los antibióticos, valgan como ejemplo de otros muchos disparates médicos, en el ochenta o noventa por ciento de los casos no están científicamente indicados para una enfermedad bacteriana demostrada y sin embargo se prescriben alegremente y muchas veces en automedicación, que luego se intenta “pasar” por la Seguridad Social.

Son empleados los antibióticos y antibacterianos en procesos febriles o febrículas de origen vírico o indeterminado, en faringitis leves, en resfriados comunes, en dosis insuficientes y en un tiempo irracional. Se emplean para procesos banales que no debían de ocupar las consultas de atención primaria. Se toma al día en España más de una tonelada de antibióticos a cargo de la Seguridad Social que cuestan millones de euros diarios (supera en mucho, todos los sueldos de todos los médicos de España en un día). “La cobertura bacilar y vírica, que constituye un riesgo pero al mismo tiempo una protección para el organismo, con la que funcionó hasta entonces, sufre una alteración por la intervención terapéutica y queda sujeta a ataques contra los que el organismo estaba protegido”(Focault).

Pero esto no solo ocurre con los antibióticos. En los servicios de urgencias de primaria a donde el médico, generalmente, también ante procesos banales que sospechan infección, siempre y salvo raras excepciones, suelta del botiquín de urgencia, un antibiótico junto al analgésico-antitérmico de turno .Son dos o tres cápsulas o sobres, de ese antibiótico que más resistencias ha creado. El médico actúa sin saber el origen vírico o bacteriano o de otro tipo, que tiene el proceso febril o la simple inflamación.

Se derrochan grandes cantidades de capital en estos “servicios de salud” donde “producción y consumo” son inseparables.

Mucho más rentable sería la “metódica consideración del diagnóstico y tratamiento del enfermo conforme a su condición de persona y no solo donde el punto de vista de su reducción a mero organismo”(Laín Entralgo).

El enfermo es considerado por la medicina pública española, como un mero “cliente”(antes paciente: del griego patior : sufrimiento) afecto de un “problema de salud”(antes enfermedad) que hay que resolver en una “entrevista”(antes consulta) en la que la mayoría de las veces se olvida aplicar el arte médico y el humanismo en el trato o una correcta y pausada anamnesis y exploración física detallada.

Para curar nada, gastar mucho en “resolución de problemas banales” que por recelo (medicina defensiva) genera gastos enormes como ocurre en Estados Unidos. Por desmotivación, o por ignorancia filosófica de los principios hipocráticos, se tratan éstos problemas banales como casos trascendentes. Esta multitud de problemas banales generados por una demanda desmedida de bienestar que no de salud, estos problemas banales surgidos de la gran ausencia de educación sanitaria, masifican las consultas de atención primaria y las urgencias hospitalarias: cuando en éstas (en especial en la primaria) debía primarse la verdadera semiología (manifestaciones objetivas de un estado patológico fácilmente observable) que es el alfa y el omega de la verdadera medicina.

Hay – y esto es otro de los pensamientos en que se basa la medicina neohipocrática - una exigencia de una máxima individualización clínica llevada hasta la personalización que previene frente a una aspiración cifrada únicamente en la perfección del diagnóstico o en tratamientos meramente específicos. Hay que luchar “contra el espejismo de creer que sean solo los medios técnicos los que proporcionan por sí calidad acto médico”

Dice Marañón “Se pierde el recto rumbo de la Medicina cuando sus servidores -llámense sistemas fisiológicos o criterios morfológicos o etiológicos, o técnicas de investigación- se convierten de esclavos en tiranos” http://blogderozman.wordpress.com/2008/12/09/sostenibilidad-del-sistema-sanitario/
http://www.minutodigital.com/actualidad2/2009/11/16/ramon-forn-el-actual-sistema-sanitario-publico-espanol-es-insostenible/
http://blogderozman.wordpress.com/2008/12/09/sostenibilidad-del-sistema-sanitario/http://www.diariodeibiza.es/opinion/2009/12/23/opinion-sistema-sanitario-insostenible/381214.html

6/13/2014

MEDICINA Y PODER ECLESIÁSTICO EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVIII. LA OBRA HIDROLÓGICA DEL MÉDICO ANTONIO ABELLÁN (1772) Y LA OBRA BENÉFICA DEL OBISPO CLAUDIO SANZ Y TORRES (1704-1779)

                                   
MEDICINA Y PODER ECLESIÁSTICO EN LA SEGUNDA MITAD  DEL SIGLO XVIII. LA OBRA HIDROLÓGICA DEL MÉDICO ANTONIO  ABELLÁN (1772) Y LA OBRA  BENÉFICA DEL OBISPO CLAUDIO SANZ Y TORRES (1704-1779) 

                       
                 José Antonio García Ramos
                                                    SEHM. Almería
XVI CONGRESO DE HISTORIA DE LA MEDICINA. MADRID,1 DE JUNIO DE 2014

   Es indudable que el poder de la iglesia se manifiesta en España  durante la segunda mitad del siglo XVIII de manera compleja en diversos y variados modos, encontrando en la sanidad - montando un complejo sistema de beneficencia - una de sus expresiones más lúcidas
     En la diócesis  de Almería  el  poder   político  del estamento seglar -por falta de recursos,  o porque la norma política, así lo estimaba--se desentiende de unas labores que  debieron  serle propias, como  la construcción, mejora  o sostenimiento de los edificios destinados a la sanidad
   Diferencian en este aspecto la labor eclesiástica de la labor del poder civil,  las actuaciones llevadas a cabo por  un obispo de Almería  Claudio Sanz y Torres (1704-1779) (1, 2)  “obispo ilustrado” que  durante su pontificado, impulsó una labor reformista  mediante  el desarrollo de numerosas obras sociales. La iglesia de Almería desarrolló una extensa labor asistencial en lo relativo a  hospitales, hospicios, casas de de expósitos y baños medicinales. Eran misiones  todas, que  rebasaban ampliamente el campo religioso como  la restauración de los Baños de Sierra  Alhamilla (3)  propiciada a instancias del  medico Antonio ABELLÁN (ca.1715-1793) (4),  quien  a raíz de escribir  una disertación  sobre las aguas de dicho balneario- que hasta hoy  permanecía inédita (2)- estimuló y colaboró con el obispo en  llevar a cabo una de las obras sanitarias mas costosas  del momento.

Objetivos

   Nuestra comunicación pretende establecer  un panorama  del estado de la  medicina en la segunda mitad del siglo XVIII, en un provincia española de la que hay muy escasas noticias (3,6,7,8,9 )  dando  a conocer  la vida y la obra del médico de  Baños  en Sierra Alhamilla, Antonio Abellán, cuya  obra  manuscrita , que  se creía perdida: [Noticia de la fuente de aguas termales de Alhamilla],  es el primer texto médico  escrito en  Almería   del que tenemos constancia
   También determinar un punto de encuentro  donde demostrar las relaciones entre la medicina y el poder eclesiástico, por la  influencia que éste poder –tanto en lo  espiritual como en lo  económico- a finales del siglo XVIII-  ejerce en el desarrollo de la sanidad, en  una diócesis española  olvidada.
Antonio Abellán (Guadix, c.1715-Almería, 1793),  médico de cabecera de un  obispo ilustrado
    Fue  médico del Obispo Claudio Sanz y Torres (1704-1779), del deán y del Cabildo catedralicio. Muy Ilustrado y  acreditado en Almería, era socio de la Sociedad Médico-Matritense. (5,16).Juan de Dios y Ayuda  nos informa  que “sus sólidos  dictámenes, mucha instrucción y juicio hicieron justicia en Almería y “que su buena memoria durará largos años” (10).Era clérigo de menores (estado  que le  eximia de impuestos). Uno de los tres facultativos  que según el Catastro de Ensenada, ejercía en la capital en 1751(11,12).Su vida estuvo vinculada a la del  Obispo  a  quien asistió como médico de cabecera en todas sus enfermedades como se expone en un interesante documento: el certificado médico sobre la enfermedad del Obispo antes de su muerte  firmado en marzo de 1779 (13).  Falleció en la ciudad de Almería, en 1793.
[Noticia de la fuente de aguas termales de Alhamilla, por Antonio Abellán. Almería, 5-IV-1772]. (Biblioteca del Palacio Real de Madrid)
 Se trata del  primer texto científico-médico del  que se tiene   constancia material como libro de medicina en Almería desde la época hispanomusulmana. La obra  ha permanecido inédita hasta éste año en que ha sido editada  (2) pero  fue consultada en manuscrito por algunos tratadistas,  que la tuvieron como  muy apreciada y elogiada. (4, 14)
     Tras un preámbulo   y la  descripción del lugar y la naturaleza  de las  aguas termales , recoge el  testimonio de la curación  de más de treinta y cinco enfermos tratados bajo su dirección  de diversas afecciones, llegando a  originales  conclusiones sobre sus observaciones.Argumenta sobre  la patología tratable o no tratable, forma correcta de tomar las aguas y sus  contraindicaciones. Resulta  muy objetivo en sus apreciaciones, nacidas todas de una exhaustiva reflexión sobre  los casos observados y  de su experiencia anterior como médico de baños 
La labor social, benéfica y  sanitaria de un obispo ilustrado: don Claudio Sanz y Torres  y Ruiz de Castañedo (1704-1779)
   Don Claudio  Sanz y Torres, fue un "obispo ilustrado" que tuvo un largo y prolífico pontificado desde su nombramiento en 1761 hasta su fallecimiento en 1779. Su labor marcó muchos aspectos reformadores de la vida de la diócesis almeriense  en el ámbito de la obra hospitalaria, la caridad y la  beneficencia.
   Del clero secular, había  nacido en Torres provincia de Toledo  de familia noble. Cuando siendo canónigo en Osma es preconizado como obispo de Almería, es presentado como "hombre prudente, probo en sus costumbres y hombre de gran experiencia y doctrina"(1).
Cuentan si “hagiógrafos”(1) que su preocupación por los pobres   fue grandísima, aunque  su labor social no fue del todo mérito suyo, sino consecuencia de que  la   diócesis sufre un impulso notable en su economía, obligado por  los  informes generados por la visita  realizada hacia 1775 por Benito Ramón Hermida y Maldonado (15) oidor de la Real Chancillería de Granada, quien vino  a  valorar el estado de sus masas decimales .El  visitador denuncia la labor de todos los obispos  de tres siglos anteriores realizando  una  labor recaudatoria que hace ingresar en  solo dos años, unos tres millones de reales, que son  destinados  a la  construcción y reparación  de numerosos edificios religiosos, y benéficos  que durante  siglos habían sido abandonados.
   Tres aspectos cabría destacar de la labor sanitaria de sus  obras  sociales
a).-Expósitos: El fenómeno de abandono de niños en Almería fue incrementándose hasta tal punto que, dada la falta de pautas que regularan cómo actuar ante esta situación. Sanz y Torres elabora una primera norma  que acabaría  siendo aprobada por Carlos III con el rango de Real Cédula en el año 1763 (16,17). Dicha ley regulaba la asistencia al expósito en torno a una casa-cuna central, situada en la capital de la que dependían otras cinco distribuidas a lo largo de la provincia.
b).- Sanz y Torres  gastó  grandes sumas de dinero en exornar  y alhajar su catedral de Almería o construir grandes obras religiosas como el Santuario del Saliente de Albox (5) .Mandó construir sendos hospitales en Vélez Rubio y Albox (1764) y equipó  en parte el de Santa María Magdalena  en Almería y los de Tíjola (7) y Vélez Blanco, intentando resolver las  irregularidades en el empleo de su dotación,  teniendo  “in mente” además,  fundar unos diez más a lo largo y ancho de toda la provincia
 c ) .- Dada  la gran concurrencia de enfermos que acudían a curarse con sus aguas,  Antonio Abellán estimuló  al obispo - e incluso asesoró a los arquitectos- en llevar a cabo entre 1776 y 1778,   una de las obras sanitarias más significativas del momento: la restauración monumental  de los baños medicinales más valiosos de la provincia en cuyo edificio , el  obispado “gastó grandes sumas de dinero”, habilitándose para poder  tratar decenas de miles de enfermos , durante los siglos XIX y XX. (3) 
Conclusiones   
     La iglesia al menos en la diócesis almeriense durante la segunda mitad de siglo XVIII desarrolló una extensa labor asistencial, con la construcción y mantenimiento de hospitales, hospicios, casas de expósitos y baños medicinales “lo que generaba efectos e influencias que rebasaban ampliamente el campo religioso” (19) Hasta la desamortización de 1798  la mitra almeriense alcanzó un poder económico superior en mucho a la del poder estatal que solo se ocupaba de  la sanidad preventiva. Algún autor (18) lo considera   sin observar para nada la labor de la iglesia. Las Juntas de Sanidad  no se sabe abordaran claramente   temas  de labor caritativa   ni social  y mucho menos ningún programa edificatorio (8,18). La iglesia responde en el ámbito místico-religioso  mientras que los políticos se encuentran adormecidos (19).

BIBLIOGRAFÍA

1.-López Martín, Juan (1999): La Iglesia en Almería y sus obispos.  2 volúmenes. Almería .Diputación Provincial.
2.- García Ramos, José Antonio (2014): El Obispo y su médico. Ediciones Ende. A Coruña
3.-Tapia Garrido, José Ángel (1980): Los Baños de Sierra Alhamilla.  Almería. Editorial Cajal
4.-Abellán Antonio (1772). [Noticia de la fuente de aguas termales de Alhamilla, por Antonio     Abellán. Almería (Manuscrito inédito)
5..-García Campra, Emilio y Gil Albarracín, Antonio (1993): La arquitectura de Albox en el Siglo XVIII. El obispo  almeriense   Sanz y Torres  y el Saliente. Almería .G. B. C, editora.
6..-García Ramos, José Antonio (1998): Médicos almerienses de los siglos XVI al XVIII. Huércal-Overa. Edición del autor.
7-García Ramos, José Antonio (2007): El  libro de juntas  del hospital de Tíjola (1777-1809) y la asistencia hospitalaria  en Almería al final del antiguo régimen. Almansura. Revista Cultural del Valle del Almanzora. Año I, Vol. 1. pp. 44-54.
8--Gómez Díaz, Donato; Gómez Díaz, María José (2003): Almería ante el contagio: la Práctica Sanitaria del Siglo XVIII,  Dynamis: Vol.: 23, pp.221-224.
9.- Gómez Ruiz, Trino (1997): El Hospital de Santa María Magdalena y la casa de Expósitos de Almería. IEA.
10. -Ayuda y Ramos, J. de Dios: (1798): Examen de las aguas medicinales de mas nombre que hay en las  Andalucias. Tomo III,  Madrid. Imp. Real,
11.--Catastro de Ensenada; Almería, 1752. Archivo Histórico Provincial de Almería
12..-Archivo de la Catedral de Almería, Lib.32, Fol., 180 Vto.
13.- A. H. N. Consejos: lega.15.543.d.2.S. F.1779-5-12-Almería
14.-Solsona,  Juan Bautista (1822) Disertación físico-química y análisis de las aguas minerales  de Sierra Alhamilla en el reino de Granada.  Almería. Oficina de José Santamaría.
15.-Gil Albarracín, Antonio (2007): Ilustración e Iglesia. La visita de Benito Ramón de Hermida al Obispado de Almería. Barcelona: GBG,

16.-Real cedula, aprobando S.M. la ordenza, que inserta formada, por don Claudio Sanz y Torres... para el mejor gobierno  y administración de el ramo de niños...1763 – Archivo Histórico de la Diputación de Almería

17.- Fernández Ortega, Antonio (1984-85): La ordenanza para la administración del ramo de los niños expósitos de la Diócesis de Almería del año 1763. Chronica Nova 14, 1984-85, 147-159
18.-Rodríguez Ocaña. Esteban (1988): “El resguardo de la salud. Organización sanitaria española       en  el siglo XVIII.” Dynamis, Vol. 7-8,  pp.145-170
19,-García Jiménez, Modesto (2003): Proceso de reificación histórico-sociales: secularismo y espiritualidad. Tesis doctoral. Murcia. UCAM.