LA BIBLIOTECA DE AVELLANEDA
Breve epígrafe del libro en preparación EL CABALLER0 DE LOS TRABAJOS. Hacia la
identidad de Alonso Fernandez de Avellaneda
Repetimos que
la biblioteca personal de un hombre es su retrato vital.Por esa misma regla, la incógnita personalidad del autor del Quijote de Avellaneda podría
dilucidarse a través del conocimiento de su biblioteca.
La biblioteca de Avellaneda podría colegirse a
través de la única obra conocida del autor. Pero si no es así si es un
ejercicio intelectual poder saber los libros que Avellaneda emplea para su obra
o al menos menciona en la misma.
Sin salir del Capítulo I de su obra mencionaremos un
5º libro
Las horas de nuestra señora segun la orden romana [Zaragoza]
: Pedro Bernuz y Bartolome de Nagera, 1547 R/40718.
De clara tradición manuscrita,
los libros de horas comienzan a imprimirse nada más inventarse la imprenta.
Este ejemplar es uno de los pocos ejemplos de libro de horas que se conservan
en lengua vernácula debido a la prohibición del Concilio de Trento de
traducciones para las Sagradas Escrituras. Pero Avelleneda se atreve a proponerlo
como libro de cabecera de su don
Quijote, como si como clérigo que tal vez era-clérigo influyente de la talla
del confesor del rey Fray Luis de Aliaga-propuesto como autor del pseudo
quijote- no mostrara ningún miedo a proponer la lectura de este libro como
defensor (Aliaga) de la orden dominicana fervorosa devota de la Virgen y del Rosario
“El Libro de Horas representó en
su momento una nueva fórmula de religiosidad, que permitía una participación
más directa de los fieles en la oración, ayudados por su Libro de Horas. Por
ello ha sido llamado el «breviario de los laicos» 27 ya que proporcionaba a
estos una ayuda, textual 25 y en imágenes 29, para sus devociones más
frecuentes. El Libro de Horas en general parece revelador de los nuevos modos
de oración de la Baja Edad Media, oración mental más que oral, oración
individual que quizá preludie la «devotio moderna» ~o. Litúrgicamente el Libro
de Horas gozaba de gran libertad textual y en numerosos ejemplares de nuestro
país se conservan tachaduras y enmiendas del Santo Oficio que eliminaban
fragmentos susceptibles de herejías o supersticiones” dado que se usaba en
exorcismos y para curar enfermedades
NOTA.-
Su vinculación al mundo de la Orden de los dominicos-a la que según algunos estudiosos –perteneció Avellaneda, la vemos en el siguiente párrafo.
“En la hoja final del sector londinense 82 se lee una nota fechada en Toledo en el año 1584 que dice así: «Yo Fray Cristóbal de Estrada, de la orden de Sto. Domingo vi estas horas por comisión y mandado de los señores inquisidores de Llerena y declaro que no contienen herejía ni error alguno ni otra cosa prohibida, sino que son católicas, pías y devotas y se pueden y deben tener y leer. En fe de lo cual lo firmo de mi nombre en ciudad de Toledo a nueve de julio de 1584»
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