HACIA LA VINDICACIÓN DE UNA MEDICINA NEOHIPOCRÁTICA
Por José Antonio García Ramos
De la Sociedad Española de Historia de la medicina
De la Asociación Española de Médicos escritores y Artistas
“Una actitud comprensiva por parte del médico que abarque todos los aspectos biopsicosociales de la persona enferma, una explicación detallada de algunos aspectos clínicos de la enfermedad del paciente etc...son armas que posee el médico para favorecer una cálida relación médico-enfermo capaz de liquidar la ansiedad reactiva a la enfermedad” (F.A.Domdie)
“La medicina es el arte de proteger y restaurar la salud del cuerpo” (San Isidoro de Sevilla)
La medicina neohipocrática concebiría la enfermedad como un proceso natural y a la terapéutica como un procedimiento para ayudar a la naturaleza a la curación de los enfermos.El médico sería así el director de la sustancia y de la fuerza curadora que la naturaleza tiene.
El médico es solo un servidor de la naturaleza a través de su arte.A quien en equilibrio de la naturaleza llegue a darle igual morir que curarse, será un hombre feliz. Parece ser que dijo Dostoiewski.
Siguiendo a Palafox, pienso que en la actualidad hace falta una “patofisiología congruente” con una terapéutica racional y natural y una ética cultural de la población que tienda a cuidar al que no tenga cura, pero no a hacerle aspirar a no morir nunca, o pretender la inmortalidad a la que ningún hombre tiene derecho, aspirar solo al hedonismo total de querer vivir sin el más mínimo dolor o molestia… La medicina neohipocrática ha rechazado siempre y lo hace hoy con la máxima energía, los procedimientos para causar la muerte. Por lo tanto rechaza tanto el aborto como la eutanasia. La Naturaleza es sabia. La naturaleza hay que dejarla actuar. Lo dice Hipócrates”A nadie le daré una droga mortal aunque fuese pedida” (Juramento hipocrático).La naturaleza bien instruida por sí misma, hace sin aprendizaje lo que debe hacer (Pronósticos de Hipócrates) aunque esto que la naturaleza “debe hacer” sea en ocasiones misteriosa y terriblemente conllevar a la muerte del enfermo, añade Laín Entralgo.Por eso , otra vez Hipócrates se pronuncia rotundamente sobre el aborto en su juramento “no daré a ninguna mujer pesarios y abortivos; mantendré así mi vida y mi arte alejado de la culpa”
La colectivización, la “programación” la “protocolización” del hombre individual sagrado, para convertirlo en un “borrego colectivo” van en contra de una “antropología racional en que destacan la naturaleza y la peculiaridad de cada hombre”.El viejo axioma letamendiano de “no hay enfermedades sino enfermos” continúa vigente.Siempre quedará una “iglesia invisible de verdaderos médicos que permanecen fieles a la naturaleza animados por el espíritu de la vocación, pensando todos lo mismo y que siempre nos comprenderemos pese a la confusión de las lenguas” en el complejísimo mundo actual.
Tal como está muriendo la religión, están muriendo los fundamentos ancestrales y humanísticos de la medicina. Aquellos que pretenden matar el Evangelio, mucho antes matarán o han matado ya al juramento hipocrático.
En “medicina basura” versus "atención primaria de salud" se “premia” quitándoselo de encima al “usuario” o “cliente” (siempre es un hombre doliente) con una prescripción de medicamentos caros, donde el dispensador y el fabricante se llevan un beneficio en media hora, mayor del que gana un médico con contrato precario en una semana. Son medicamentos costosos que los laboratorios farmacéuticos, explotadores de la clase impositora, ponen de moda con un salvaje “marketing”.
Hay una nula o muy pequeña correspondencia entre la patología que se presenta y la medicación que se proporciona al enfermo.
Los médicos que hemos vivido este fenómeno tras muchos años de ejercicio, hemos visto como medicamentos que hace quince o veinte años se nos presentaron como poco menos que una “panacea”o cuasi milagrosos, hoy, se han abandonado por su nula eficacia; pero eso si, después de haber costado a las arcas del estado y por tanto del contribuyente, miles de millones de beneficios que han recogido esos laboratorios inventores.
Es uno de los males del sistema. Los laboratorios inventan o “sacan de la chistera” nuevas enfermedades que nunca han existido, para de inmediato inventar el medicamento “adecuado” a este nuevo invento-enfermedad. Hoy, el engaño de los laboratorios promueve la comercialización de muchas medicinas de muy dudosa eficacia producto del ese “marketing” de las multinacionales farmacéuticas que siempre solo buscan ganar dinero poniendo precios abusivos que el Estado aprueba con el visto bueno del gobierno de turno. Esto es una verdadera sangría al erario público. La factura farmacéutica ha subido en pocos años de ser 100.000 millones de las antiguas pesetas al 1.200.000 millones (un billón 2.000.000 de pesetas o más pues la factura crece incesantemente ) sin que por ello la morbilidad haya disminuido (parece ser que ha aumentado) ni la mortalidad tampoco. Sería la llamada por el iluminado Michel Focault: “la distorsión entre la cientificidad de la medicina y la positividad de sus efectos” o entre la “cientificidad y la eficacia de la medicina”. Pero la culpa del dispendio quieren atribuírla a los médicos, a los que ahora nos llaman “prescriptotes” por el hecho de haber recetado. Obligan a la llamada”prescripción racional” que nunca fue ajena a todo titulado en Medicina, quien pone toda su razón al servicio del enfermo, excepto cuando el médico con sueldos impropios se vende al laboratorio o se deja engañar por lo que estos le imponen.
¿Cual es el destino del financiamiento social de la medicina, el lucro derivado de la salud? se pregunta Focault. Los grandes beneficiados son las grandes industrias farmacéuticas, no los médicos. Porque la industria farmacéutica está sostenida por el financiamiento colectivo de la salud y de la enfermedad (o pseudo enfermedad) que proporciona el estado por medio de la Seguridad Social.
Los representantes de medicinas son “comerciales” que invaden los centros sanitarios. Tenemos que soportarlos vendiendo la mercancía que fabrica su industria. El médico es un mero intermediario entre la industria farmacéutica que es quien gana y el Estado que es quien paga. El médico resulta un intermediario gratuito para que se beneficien los laboratorios y las farmacias. Los laboratorios nos engañan de frente o subrepticiamente y los gobernantes lo permiten.
Lo irracional, es el sistema que permite la que el propio sistema califica de una poco menos que delictiva”prescripción irracional”; término que ha inventado el propio sistema, derroche que permite el propio sistema y de quien es solo responsable el propio sistema. Hay que reconocer sin embargo, que existen prescripciones que desde el punto de vista puramente científico, nada o poco tienen de relación racional con la enfermedad o “nosos” que el enfermo padece (llamado en medicina basura-atención primaria en su concepción actual) “problema de salud” o algo así ,que existe solo en la imaginación del “cliente” o “usuario” o del propio médico medicalizado, dogmático, mediatizado, con prisa o asustado por la posible denuncia (existe una verdadera avalancha de demandas por responsabilidad profesional).
Problemas que existen solo en la mente del médico protocolizado o colectivista o burócrata, que se olvida de la “vis medicatrix” base del actuar médico, no respetándola en lo que de curativo tiene. O del “nil nócere”, indicando la necesidad de una medicación cara y de por vida, cuando no perjudicial.
Hay que otorgar preferencia para problemas no importantes y otros más graves , a los agentes naturales “como factores de una auténtica “higioterapia” siempre necesaria y no siempre suficiente”, síguenle los fisioterápicos, otros pro fisiológicos y los farmacológicamente atóxicos, en una prudente axiología terapéutica que secunde cuanto haya de tendencia curativa espontánea y evite cuanto se pueda la polipragmasia innecesaria y las medicaciones o intervenciones con riesgo de perjuicio concomitante”(Palafox)
Y las medicinas matan. Siempre han matado.Miles de medicamentos crean iatrogénia no porque los medicamentos sean nocivos o se prescriban innecesariamente o con un falso diagnóstico, o por la ingestión”accidental de esas sustancias”, “sino por la propia acción de la intervención médica”
“A causa de la medicalización, la especie humana ha sido obligada a entrar en una historia arriesgada, en un campo de probabilidades y riesgos cuya magnitud no puede medirse con precisión”dijo ya en 1974, el lúcido Michel Focault.
Cientos de miles de análisis yy pruebas complementarias de todo tipo son del todo innecesarios. Analícese solo lo que se busca, tras la exploración física meticulosa y una anamnesis cuidadosa. Se ahorrarían muchos miles de millones.(66.000 milloners de euros son el presupuesto de la actua sanidad española)
La educación y la cultura disminuyen los índices de morbilidad y de mortalidad dos veces más que el consumo médico. Consumo médico y nivel de salud, no guardan relación directa, “lo que revela una paradoja económica de un crecimiento de consumo que no va acompañado de ningún fenómeno positivo del lado de la salud, la morbilidad y la mortalidad”
Cuidado, observación, considerar al enfermo en sus vertientes somática, psíquica y sociológica; ver el halo de la enfermedad...el momento clínico, el ojo clínico: la medicina integral la medicna neohipocrática.
Los médicos no debemos ser ser meros “protocolizadotes”, ni “programadores”, ni “procesadores” con excesiva burocracia a nuestro cargo y sin una visión global del hombre enfermo. Dice Rodrigo Recio que el médico se ha convertido en un “biócrata” sumido en estadísticas, números y computadores. Parámetros aislados como las cifras de colesterol, de tensión arterial, de ácido úrico, incluso de glucosa en sangre, son elevados a categorías de grandes síndromes como he dicho antes, alrededor de los cuales se hace en el futuro girar la existencia de ese “cliente” o número de la historia digital.Esta persona hasta entonces con una calidad de vida, ha pasado de ser un hombre o mujer normal a un enfermo crónico y angustiado al que de momento se colectiviza como “cliente” preso del Sistema y del Diraya para tenerlo siempre agradecido (para votar).
Existe una “política sistemática de “screening” de localización de enfermedades en la población, que no responde a ninguna demanda de ningún enfermo” (Ejemplo de ello es el programa llamado “Salud 65”)
Este individuo afecto de la Historia de Salud digital que no es siempre un enfermo, hace a veces de éstos parámetros (a veces falsos) su modo de vida, su razón de existir, su futuro lleno de toma de fármacos, de controles médicos exageradamente frecuentes y de un uso excesivo e indebido de los servicios sanitarios.
La Medicina neohipocrática preconiza que el enfermo ha de reaccionar según su “naturaleza” venciendo la polifarmacia. Hay que tener en cuenta pues, a ese hombre doliente, enfermable o enfermo, con sensación global del cuerpo y de su vida según su naturaleza, en euritmia con el entorno: el “vivere secundum naturam”.
El médico debe ser actuante según arte y sentido común. Sin miedo a denuncias o a presiones de la administración. Ha de actuar educando, manteniendo la perfecta relación médico-enfermo y no ser un mero “trabajador para la salud” para ese “usuario” o “cliente”, términos que repugnan a cualquier verdadero médico que tenga constancia de serlo.
El estado se ha hecho el dueño de la salud, cuando el verdadero dueño de la salud debe ser solo el enfermo en connivencia con su médico.
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La higiene es “una preceptiva conducta que mantiene la salud” frente a “otras prevenciones a veces inútiles. Rechazamos todo lo no que vaya en bien del enfermo: trasfondo científico, fundamento científico, fundamento clínico o imperativo moral”
Las mentes enanas o más bien mediatizadas por la política no comprenden la racionalización de la Naturaleza Total “como Kosmos racionalmente ordenado” y en consecuencia humanamente cognoscible”, ni el de Physis que es universal, o el de la “materna y divina naturaleza” (¿como podría usted señor gestor, protocolizarme esto o sistematizarme con los “costes” estos preciosos y complejos conceptos?) de cada ser, como estructura de la cual deriven sus cualidades o propiedades características. Estas mentes diminutas, no pueden ejercer autoridad sobre nosotros.
Kosmos y Physis han pasado a constituir como “un cimiento de toda nuestra mentalidad occidental”.Estas mentes enanas, han pasado a convertirse en “gestores” o “gerentes”, solo para ahorrar una mínima parte de lo que se dispendia o se dilapida en medicina, con desprecio positivoide hacia el conocimiento de nuestra propia historia.
Pero lo más grave es que se creen en posesión de la verdad
En Medicina Neohipocrática frente a “prevalencia”: temperamento, constitución y biotipo.
El médico necesita acercarse científicamente a lo peculiar de cada enfermo para “entender y encauzar con acierto su modo individual y personalizado de reaccionar”.
No todos los hipertensos mueren de infarto, no todos los infartos corresponden a hipertensos previos, muchísimos hipertensos morirán de cáncer y la mayoría de los muertos por accidentes de tráfico tienen hipercolesterolemia; muchas obesas son depresivas y pueden morir o simplemente no vivir respecto a la naturaleza. No comen ni trabajan en el huerto de sus ancestros que tenemos próximo; esto es:”vivire secundum naturam”.La fibromialgia es insastifacción con el marido o causa de abusos sexuales sufridos en la infancia. Ocurre otro tanto con las cefaleas e histerias.
La Mediciana Neohipocrática no creería en en Fhramiggan.
Los médicos dogmáticos y algunos “especialistas” estropean a nuestros pacientes, los medicalizan para siempre (medicalización definitiva) y nuestros gestores los “protocolizan” haciendo de los médicos generales meros “burocratizadotes” de la “Medicina Basura” y el hombre enfermo o enfermable se convierte así en un mero “coste”.Mantienen un estilo de vida obsoleto. Desconocen que el hombre es un ser abstracto, con alma, olvidándose (en “medicina basura”) el pensamiento médico y la comprobación científica.
Hoy en día no se considera la exigencia de una máxima individualización clínica de nuestros pacientes, un conocimiento individualizado de cada enfermo, por parte del médico de familia y no se tiene en cuenta que la “reafirmación de que el holismo patológico ha de tenerse muy presente tanto en la formación como en la actuación” de los médicos .Historia, medio ambiente, medio social, antropología cultural y aspectos psíquicos, son factores que conforman el régimen de vida, el “régimen sanitatis”, la “daita” galénica posterior.
Necesitamos un modo de terapéutica, que sin desechar los recursos más modernos, tenga en cuenta también los agentes naturales, siempre observando el “nil nócere” o el “primun non nócere”.
El “médico medicalizado”, es aquel que se impregna del saber vacuo, olvidando el arte y la razón, permisor de influencia políticas sobre él, que infieren en menguar la dignidad social de la profesión o el máximo nivel ético de su ejercicio.
La barrera existente para volver a los conceptos neohipocráticos de la medicina es la estructura de la sociedad, su incultura, la medianía de nuestros dirigentes, la mediocridad de nuestros medios de comunicación, que permiten se rompan las correlaciones hómino-sanitarias o del hombre con la naturaleza, ya que en cada proceso hay implícito una reacción curativa por tendencia espontánea de la naturaleza, a su propio reequilibrio. De esto se infiere “la importancia de una clarividente terapéutica pro natural, que fomente y secunde las defensas espontáneas, evite cuanto pueda perjudicar y no caiga en la nefasta cortedad que considera el mero “paliar” los síntomas morbosos, como sinónimo de “sanar”.La verdadera curación “alcanza en verdad una penetración insospechable cuando se considera a la luz de las enseñanzas hipocráticas sobre Katarsis médica”.
La lógica es el arma de la burocracia culta contra los modos intuitivos y sensoriales de decir y de sentir de las masas menos cultas. El colocar en un templo las leyes científicas, sean newtonianas, darvinianas o maltusianas, refleja una implicación consciente en el control intelectual y tecnológico de la sociedad (George Steiner) “(enfermable o enferma, añado yo)
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