LA BIBLIOTECA DE AVELLANEDA (CONTINUACIÓN)
La Guía de pecadores: en la cual se trata
copiosamente de las grandes riquezas y hermosura de
la virtud y del camino que se ha de
seguir para alcanzarla DE FRAY LUIS
DE GRANADA
Cuando el don Quijote de Avellaneda llega a su pueblo como un loco
de atar en una gabia, sus allegados tratan de curar o al menos mitigar su locura con alimentos apropiados (pistos y
sustancias conservativas y sustanciales, aparte de atarlo con unas “muy gruesas cadenas”. Tratan de conseguir de
esta manera una “catarsis” o expulsión
espontánea o provocada de sustancias nocivas al organismo, mediante la lectura y
relectura de algunos libros de oración y
devotos que producirían esta “catarsis”
de su locura- producida por los perniciosos libros de caballerías De esos tres libros catárticos causantes de
la Purificación, liberación o transformación interior suscitadas por una experiencia vital profunda- utilizados
como terapéutica de la locura para el don Quijote de Avellanadino que era un
loco de atar que con buena alimentación, reposo y con la lectura de libros religiosos ejemplares, vuelve a su sano juicio-Fueron
tres los libros que influyen en la curación de don Quijote: Los Evangelios de todo el año y el Flos
Sanctórum de Villegas y la Guía de Pecadores de Fray Luis.
Vamos a hablar de este último
La Guía de
pecadores : en la cual se
trata copiosamente de las grandes riquezas y hermosura de la virtud y del
camino que se se ha de seguir para alcanzarla
Avellaneda, probablemente
clérigo y moralista a lo largo de toda su obra se atreve a mitigar la locura de su don Quijote con la
recomendación de la lectura de este
tipo que tienen suficiente fuerza moral
para curar la enfermedad mental.
De contenido erasmista como muchos
campos del Quijote Avellanesco, La Guía de pecadores (Lisboa, 1556) también revela esa
ascendencia erasmista por su dimensión ética y humanista, ya que en sus páginas
se tienen en cuenta los efectos sociales de una virtud, (cura de la enfermedad ,conducta piadosa que no puede compatibilizar con la Enajenación
de ningún modo). En “La Guía” se enuncian los privilegios derivados de la
virtud y, al dirigirse tanto a clérigos
como a seglares, se ofrecen en realidad pautas de comportamiento para el
perfecto caballero cristiano que debe observar un comportamiento recto, no
desviado de la rectitud mental acogollada por la doctrina. La “Guía” es un
tratado ético con los remedios contra los peligros del mundo y sus pecados
(entre ellos la desviación moral de la locura dado que el loco es un transgresor
y en su conducta se desvía de las normas
que rigen en una sociedad pretendidamente católica a machamartillo del “Prebarroco postridentino” “A QUE PERTENECE LA OBRA DE Avellaneda al
sentir de Gilman. Antiluterana, muestra una copiosa erudición sagrada digna de
un maestro de teología. [1]
La Guía consta de dos libros, cada uno de
ellos dividido en dos partes. El primer libro, que se titula "Exhortación
a la virtud", enumera en su primera parte las obligaciones que nos
vinculan a la virtud y los frutos inestimables que de ellas se derivan que a
modo de terapéutica psicoanalítica
mejoraría o trata de mejorar la insana[2]
El segundo libro, que se titula "Doctrina
de la virtud", “hace en su primera parte un minucioso examen de los vicios
más comunes, es decir, de los siete pecados capitales y de sus remedios, y de
los pecados veniales, dando consejos para hacer el hombre más virtuoso; en la
segunda parte trata del ejercicio de las virtudes y sugiere lo que el hombre ha
de hacer para con Dios y para con su prójimo en la variedad de los estados y de
las condiciones”.[3]
[1] Con todo, por rozar
en algunos pocos pasajes la doctrina de los iluminados, tan en auge en su
época, la Inquisición ordenó algunas supresiones del texto de la primera
edición.
[2] En la segunda parte trata de la vida
virtuosa y da los preceptos para disfrutar de los bienes temporales y
espirituales que en esta vida se prometen a la virtud
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