GALEATO[1] SOBRE LA PERSISTENCIA
DE LO NEOLITICO Y ARGARICO EN UN ESTUDIO ETNOGRÁFICO DEL MEDIO ALMANZORA
Por
José Antonio GARCÍA RAMOS
De la Sociedad Española de Historia de la
Medicina
Ha sido para mi una gran sorpresa el libro que
tenemos entre manos y esto me ha hecho pensar el no realizar un prólogo al uso, pues ya en su Introducción José Miguel
Carmona, joven profesor de Albox, albojense
de pura cepa, explica la finalidad de la obra. Tras leer la introducción poco más podemos añadir
de la intencionalidad del libro. Sería repetir lo que tan bien quiere expresar
quien lo ha compuesto que no es un viejo
nostálgico o un curioso de tierras
foráneas que viene a “redescubrir” lo
nuestro. Trata Miguel de enseñarnos que el patrimonio etnológico de un
área comprende los modos específicos de existencia material y de organización
de los grupos que componen sus conocimientos, su representación del entorno
y los elementos que fundan la identidad
de cada grupo social y lo que lo diferencia de los demás”.
En “Almería, tierra de cortijos”, nos
hallamos ante una obra que es necesario
que exista, porque en ella encontramos un caudal, mas bien una “gran catarata”
de material etnográfico de primera mano
recogido fundamentalmente en un área a
caballo entre la Aljambra y el Llamo de las Animas en al municipio de
Albox de donde son los abuelos,
bisabuelos y tatarabuelos y los familiares del autor. Se trata y así lo
veremos en el futuro de un libro
imprescindible para el conocimiento etnográfico de Albox y del Medio Almanzora que marcará época en el
estudio del costumbrismo de nuestra comarca. Viene el libro a llenar un vacío
muy importante sobre el conocimiento de nuestra cultura popular y
creo que puede ser el último que llegue a realizarse con tanto entusiasmo sobre
éste tema.
Nos hallamos
pues ante un oportuno y extenso trabajo
de campo, sobre un área de las más ricas
e inéditas de toda la Península. Esta riqueza cultural de Almería viene
dada históricamente por su situación frente al mediterráneo a través de donde
nos llegan desde hace milenios, aires de la cultura neolítica, argárica, oriental, clásica, islámica y de la Europa
medieval. El estudio teórico de Albox
como totalidad, enriquecería a la provincia estudiada en conjunto y
dejaría estudiadas o iniciadas en su estudio a localidades limítrofes, algunas ignoradas al respecto.
Albox desde el punto de vista de la antropología cultural, es un área puente entre
la Andalucía tradicional y el Levante, que se imbrica indudablemente con las
áreas vecinas de Murcia y Andalucía.
Estratégicamente situada dentro del área
mediterránea occidental (hablamos de Almería), su enclave geográfico ha
supuesto que sobre su “suelo cultural”--suelo primitivo que de un modo
abstracto podría llamarse el “Todo Neolítico”--se
hayan ido sedimentando aquellos sucesivos estratos culturales de quienes nos fueron visitando en
las distintas etapas de la historia. Estas culturas modificaron en mayor o menor grado ese “Todo”
afecto
al suelo semidesértico, a la tierra inamovible. Constatar la
presencia perenne o persistencia de ese “Todo Cultural” almeriense dentro del
contexto más amplio de un Mediterráneo occidental cuna de las civilizaciones,
mediante los elementos etnográficos que persisten en los medios rurales
estudiados en nuestra provincia por Miguel, es otra de las aportaciones y objetivos importantes de este trabajo.
El “cortijo antropológico” (idea del libro)
nos ofrece un caudal abundante de
material lingüístico: refranes, coplas y coplillas, dichos, y palabras en
peligro de extinción.
Resulta valioso también éste libro en la descripción y rescate de
muchísimos aspectos de la cultura material del área objeto de estudio de los
que yo he seleccionado por sus connotaciones prehistóricas entre otros muchos los siguientes
Aljibes
y cultura del la agua No se entienden los cortijos o cortijadas,
hasta que no llegó el agua potable, sin un pozo y/o un aljibe. Se sabe que por
nuestras tierras ya existían aljibes en
la cultura argárica, hace ya 3.600
años. Los aljibes son de una planta rectangular, alargados y cubiertos por una
bóveda: los hay argáricos, romanos, árabes y modernos (Por cierto que
recientemente se destruyó en la Aljambra donde
se han recogido la mayoría de los datos de este libro un precioso aljibe
árabe).
Los navajos, otro hallazgo original y
procedimiento también de tintes neolíticos
o prehistóricos. Un “navajo” es un
hoyo artificial hecho en la tierra sin ningún revestimiento que embalsa
el agua de lluvia y se usa luego para abastecer de agua los pastores y como
abrevadero del ganado.
De la
alimentación destacan las migas como
rito comensal, la elaboración del pan:
magistral descripción sacada del magnifico pan que hacia hasta hace bien poco
la abuela del autor. La matanza, forma de conservar la carne del cerdo aprovechada en su
integridad sin necesidad de frigoríficos
y como rito comensal de convivencia.
Y si no la cuajada del pastor o el bombón de los pobres con almendras e
higos metidos en una caña
Curioso es recoger el dato original de los enterramientos de los niños que nacían
muertos, enterrados en el suelo de las casas como hacían los hombres argáricos.
Y entre los ritos mortuorios, dos puntos son clave: el
funeral (dispone del cuerpo y separa del mismo al espíritu) y el
luto (que aísla a los parientes para reincorporarlos luego a la
comunidad con nuevas relaciones)”
Y en el campo
que más conozco que es el de la Medicina Popular aparece en el libro la
constante cultural y la persistencia de los remedios populares (animales, minerales
y plantas) en el entorno geográfico en que se asienta Albox, en infinidad de
afecciones hasta el siglo XX. Se une en su descripción la enorme relación que existe entre las formas
de medicina (popular o primitiva) con las creencias sobrenaturales
De las múltiples
referencias a la espartería y a su elaboración,
cestos, paneros, esparteñas, sacos, tomizas, guitas, sogas, sobrecargas... destaco
la descripción del curioso Cachulero (recipiente
para recoger los caracoles del campo)
donde se entrelaza la nutrologia con la cultura de supervivencia
Hay otros más.
Señalar
por fin el regalo en el libro, de la recopilación de un Material
fotográfico abundantísimo de primera mano.
Hay que tratar
de sacar varias enseñanzas de éste libro
-La obra de José
Miguel esta hecha desde el amor a su
tierra y la intuición y oportunismo de no perder la ocasión de salvar algo que
necesariamente se iba a perder y que con este libro lo hemos rescatado,
afortunadamente.
-Esa economía de
subsistencia, crea unos elementos culturales
y festivos en torno al nacimiento, infancia noviazgo, casamiento, relaciones
interpersonales e intrafamiliares y muerte que
no deben se; de ahí el subtítulo de “Nuestros familiares en el campo
almeriense”
-Volver a la
economía sostenible sería una forma muy provechosa de reformar la sociedad.
-Ninguna cultura se puede preservar pero si se
puede “conservar” a través de su conocimiento,
y el conocimiento de la
diversidad cultural de la zona de Albox en los cien últimos años, se plasma en una obra difícilmente superable para el área
estudiada.
- José Miguel
lanza en el libro un mensaje a los de
su generación: los jóvenes a quien podríamos preguntar ¿Hemos avanzado o hemos retrocedido? Los “señoritos” o urbanitas (que eran los menos) se van a quedar fuera de traste en la sociedad actual?
Aquellos “los cortijeros” ¿eran los verdaderamente ricos tal como los muestra
José Miguel?
-Lo
que si es verdad es que con esa
vocación, el autor ha aceptado y
superado el reto de elaborar el presente
estudio, que no pretende otra cosa que exponer, en qué consiste el Patrimonio
Cultural de Albox...y de Almería que
se debe aspirar a conservar y transmitir.
Y estoy seguro que en su pensamiento
profundo, José Miguel Carmona, Martos,
García, López, Martínez y otros... creo que recapacita que aquellos que vivían
de aquella manera, son los verdaderos sabios: con una forma de vida económica y
espiritualmente más rentables...
Al terminar de
releer el libro: esa es su filosofía (y la mía)
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